Teniendo en cuenta el nivel de persecución que habían montado las autoridades en contra de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel; el narcotraficante más buscado de Colombia optó por idear todo tipo de estrategias con el objetivo de evitar que la fuerza pública lograra su captura.

Así las cosas, según informes de inteligencia adelantados por la Policía Nacional, alias Otoniel había entregado instrucciones precisas para adquirir varios perros cazadores de raza criolla colombiana, a los que entrenaban desde muy cachorros en una finca de Antioquia.

Cuando ya tenían más de un año, los animales eran llevados hasta las zonas donde se refugiaba Otoniel y sus escoltas, para convertirlos así en su principal y más fiel anillo de seguridad.

De acuerdo con el general Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional, algunos de estos perros cazadores tienen un costo de hasta cinco millones de pesos. Los animales según el oficial podían detectar el olor de personas extrañas a 100 metros de distancia. Cuando no reconocían a alguien comenzaban a aullar y así es como alias Otoniel y sus escoltas huían del lugar para no ser capturados.

No obstante, se desconoce como hicieron las fuerzas militares y de Policía para evitar ser detectados por los caninos y así poderse aproximar hasta el lugar donde se encontraba el máximo cabecilla del Clan del Golfo.

Información aportada por la Policía indica que estos animales fueron ubicados en varias fincas donde se cumplieron fallidos intentos para capturar a este hombre.

No obstante, la versión de la Policía en la que se habla del costo de los animalitos ha sido objeto de una lluvia de críticas. Al parecer nadie cree que un perro criollo pueda costar hasta cinco millones de pesos. 

General Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional: