Se trata de Tomy Cerpa Brito, un hombre de nacionalidad venezolana, conocido en el mundo delincuencial como Tomy Masacre, quien es considerado unos de los delincuentes más peligrosos de Colombia, por su actuar despiadado desde que llegó hace un par de años al territorio nacional.

Según se pudo establecer, este hombre se había convertido en el terror de los conductores de servicio público y comerciantes, a quienes exigía fuertes sumas de dinero a cambio de no atentar contra su integridad física.

Sin embargo, a aquellos que se rehusaban a cancelar las exigencias económicas, eran declarados objetivo militar, de tal forma que entraban en acción los comandos de sicarios para realizar el trabajo sucio.

Fue así que ante el incremento de las extorsiones y el homicidio en la ciudad de Barranquilla y Santa Marta, las autoridades en cabeza del Gaula de la Policía iniciaron una investigación, que permitió identificar a los responsables de esta conducta criminal.

De este modo, se llegó a un pabellón de la cárcel de Picaleña donde estaba recluido Tony Masacre, determinándose que era él quien daba las órdenes para cometer los crímenes.

Por lo anterior, se decidió cambiar de centro penitenciario a este delincuente de alto perfil, por lo que se organizó un mega operativo entre el Gaula, la Sijin y el INPEC, para trasladarlo hasta la cárcel la Picota de la ciudad Bogotá.

Para tal fin hubo una caravana escoltada hasta las instalaciones del aeropuerto Perales, donde un avión de la Policía Nacional lo esperaba para llevarlo a la capital del país.

En ese mismo operativo fue trasladado Juan Manuel Borré, quienes sería el hombre se confianza de Tomy Masacre.

Así las cosas, a partir de la fecha estos dos delincuentes permanecen en un pabellón especial de la cárcel capitalina, donde fueron dejados en aislamiento y bajo la vigilancia permanente de cámaras de seguridad en su celda.