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Narcos de Brasil y Colombia estarían metiendo la mano en las protestas sociales

Altos oficiales de la Armada colombiana aseguran que esta estrategia de financiar a grupos delictivos para realizar desmanes en Colombia, les permite generar distracciones para movilizar sus cargamentos de droga.
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4 Jun 2021 - 14:13 COT por Ecos del Combeima

Una peligrosa alianza entre organizaciones criminales de Brasil y Colombia fue expuesta por parte de las autoridades en el país, luego de detectar las rutas de transporte de marihuana tipo cripy y cocaína que están utilizando para traficar las sustancias entre estos dos países.

Según las labores de inteligencia de la Armada colombiana, las disidencias de las FARC, especialmente el frente 48 y la estructura Carolina Ramírez, han establecido nexos con dos grupos de narcotráfico (Los Comandos Bermejo y el Cartel del Norte) los cuales operan en la frontera amazónica con Colombia.

Así mismo se conoció que alias Gentil Duarte, cabecilla de las disidencias de las FARC, sería uno de los responsables de idear las rutas que han permitido transportar la droga hacia poblaciones brasileñas.

Fue así que en un trabajo conjunto con la Policía de Brasil, en las últimas horas se localizó un cargamento de marihuana y cocaína. Este cargamento, fue localizado por la Policía en el patio de una casa. Estos alcaloides colombianos habían sido enterrados en la casa para desviar el accionar de las autoridades.

Así mismo, se reveló por parte del general Guillermo Castellanos, comandante de la Fuerza Naval del Sur de la Armada Nacional, que un porcentaje de los dineros recolectados por el tráfico de drogas, están siendo destinados para financiar a manifestantes en Colombia.

Según las autoridades, estos dineros patrocinan los actos vandálicos en diferentes ciudades del país, situación que hace tomar fuerza a las versiones que circulan sobre el pago a manifestantes para cometer acciones que desestabilicen el país.

Pero además, tal patrocinio tendría el fin de desviar la atención de la fuerza pública, para poder transportar las sustancias hasta la frontera con Brasil, donde finalmente se utilizan embarcaciones para llevar los estupefacientes al interior del país vecino.