Tribunal Superior de Ibagué rechaza los actos de violencia contra la justicia
El Tribunal Superior de Ibagué lamentó con profunda preocupación y tristeza los hechos que ocurrieron en Tuluá en los que vándalos aprovecharon el momento para quemar el Palacio de Justicia.
En el comunicado a la opinión pública, se recuerda que en 1.985 las fuerzas obscuras cegaron la existencia de verdaderos adalides de la justicia. “Por citar sólo alguno de ellos recordamos a nuestro coterráneo Alfonso Reyes Echandía. Pero de las cenizas de ellos y de su legado luego surgieron prominentes juristas de la talla de Carlos Gaviria y Ciro Angarita, sólo citando algunos otros”.
Según el Tribunal Superior de Ibagué, lo que ocurrió con la toma del Palacio de Justicia hace 35 años y lo que está pasando en el país en el 2021 significa que por más que destruyan las paredes que algunas veces sirvieron y sirven de refugio temporal para el ejercicio será de permanente compromiso con la noble labor de administrar justicia. (Carta enviada al Tribunal Superior de Buga).
“Desde este punto de vista, todo atentado que se haga en contra de las instalaciones de juzgados y tribunales en el país, a lo único que contribuye es a una mora en la resolución de las causas judiciales, en detrimento de los usuarios de la Rama Judicial y a labores de reconstrucción que deberán realizarse con los impuestos de todos los colombianos, ya que a pesar de dichas vicisitudes, siempre se verá caminando entre las cenizas y los escombros a un Juez dispuesto a continuar con la tarea de resolver los conflictos de los ciudadanos”.
En el documento firmado por Carlos Orlando Velázquez Murcia, magistrado del Tribunal o Consejo Seccional se expone que “Somos conscientes de acciones irregulares y hasta delictuosas de servidores judiciales que ni siquiera pertenecían a la carrera judicial y de servidores que accedieron a la judicatura y lo tomaron como fuente de lucro personal. Este accionar ha llevado a una parte de la ciudadanía a perder la confianza en sus jueces. A ellos les decimos que, a pesar de esos desafortunados lunares, seguiremos empeñados en servir a nuestro país con dedicación y buen juicio, administrando justicia más allá de cualquier odio infundado, de manera pronta, cumplida e imparcial. A los violentos les decimos que ese no es el camino y, como decía el Maestro en la cruz, les perdonamos porque no sabían ni saben lo que hacen. El camino siempre será el diálogo inteligente y la concertación”.