Aunque los taxistas están en todo su derecho a protestar y hacer exigencias a las autoridades competentes sobre situaciones que los pueden perjudicar, el bloqueo que generaron ayer en la calle 60 causó perjuicios a ciudadanos que necesitaban llegar a citas médicas, compromisos laborales y demás actividades del día a día. 

Si bien es cierto la gran mayoría de los conductores tuvieron un comportamiento ejemplar en su sano derecho a la protesta, hubo un par de lunares que enlodaron la imagen de los conductores. 

El primero de ellos fue protagonizado por un taxista frente a las instalaciones de Panamericana por la carrera 5ª, donde retó a otro ciudadano a pelear y le gritó 'a todo pulmón' palabras de grueso calibre, denotando su falta de educación y respeto con los demás actores de la vía. En muchos de los vehículos atascados en el trancón viajaban niños que precenciaron el acto de vulgaridad. 

La otra situación, se registró en la glorieta de la calle 60 con avenida Ambalá, donde algunos conductores cansados del bloqueo se enfrentaron verbalmente con los taxistas, al punto en el que intentaron voltear un taxi que estaba parqueado para taponar la vía. En esa situación hubo amenazas de lado y lado. 

Una vez concluyeron las protestas tras una concertación a la que se llegó con la Secretaría de Gobierno, la movilidad en la ciudad fue retornando poco a poco.