El talco no fue hallado culpable
Eva Echeverría fue diagnosticada con cáncer de ovario en 2007. Según ella, el culpable de su enfermedad era el talco para bebés que se había aplicado desde los 11 años en su zona íntima. Entonces, empezó una batalla en contra de Johnson & Johnson porque, según argumentó, no fue advertida sobre el riesgo de cáncer que podría provocar el uso del polvo. Diez años después, un tribunal de Los Ángeles ordenó a la multinacional pagarle a la mujer una indemnización de 417 millones de dólares por perjuicios.
El caso de Echeverría, quien finalmente falleció pues su estado ya era terminal, fue el primero de una avalancha de denuncias en las que se señalaba una relación entre el producto y el cáncer. Según la agencia Reuters, Johnson & Johnson enfrenta aproximadamente 4.800 litigios en Estados Unidos por alegatos vinculados al talco. Sin embargo, una instancia superior falló una apelación a favor de la compañía. El tribunal revocó la decisión sobre la multimillonaria indemnización, así como otros procesos similares, pues no encontró suficiente evidencia que vinculara al talco de J & J con el cáncer de ovario. Puede leer: Johnson & Johnson a pagar USD 417 millones a mujer que desarrolló cáncer tras usar talco.
Los riesgos del talco han sido ampliamente debatidos por la comunidad médica y lo que se ha podido concluir es que el vínculo entre este producto y el tumor ovárico es aún incierto. Organizaciones de apoyo a la investigación del cáncer como el Cancer Research y el Ovacome del Reino Unido, han asegurado que "incluso si hay un riesgo, es probable que sea bastante pequeño" y que la causa de esta enfermedad puede ser una "combinación de muchos factores genéticos y ambientales, no de uno solo como el talco", dijeron a la BBC.
Los resultados de la mayoría de los estudios que respaldan la relación entre el talco y el cáncer, dicen los expertos, no son convincentes porque aunque demuestren que existe un riesgo -mínimo-, no pueden relacionar la cantidad que se requiere para que se forme un tumor. El talco mineral en su forma natural contiene amianto, una sustancia cancerígena conocida. Desde 1970, las entidades regulatorias prohibieron el uso de este componente, así como el de asbesto, incluido en algunos productos cosméticos.
El cáncer de ovario es una de las neoplasias más mortales, pues a menudo los síntomas aparecen cuando la enfermedad ya está avanzada. No se conocen con exactitud las causas de este tipo de tumor, aunque sí se sabe de ciertos factores que incrementan el riesgo de aparición de este cáncer. Por un lado están las mujeres con ciertas mutaciones genéticas hereditarias, como las presentes en los genes BRCA1 o BRCA2; por otro, están las mutaciones del ADN adquiridas por la exposición a radiación o ciertas sustancias químicas, como lo sería en el caso del talco. Según se ha explicado, el polvo podría viajar por las membranas del canal vaginal y llegar a los ovarios donde puede provocar inflamación y alteraciones celulares, lo que conllevaría eventualmente a la formación de un tumor.
Frente a la preocupación que ha generado esta situación, los expertos están empezando a recomendar otras opciones al tradicional talco para bebé y es el uso de polvos hechos a base de almidón de maíz, sustancia que por el momento no ha mostrado evidencia de ser cancerígena o peligrosa para la salud.
Tomado: Semana.com