Hallan numerosos restos de bebés en una fosa de un convento
Los investigadores –que se han declarado “conmocionados” por el hallazgo- encontraron una estructura subterránea compuesta por 20 cámaras. En al menos 17 de ellas han hallado “cantidades significativas de restos humanos”.
El establecimiento era uno entre más de una docena, repartidos por todo Irlanda y gestionados por la Iglesia católica, en los que se recluía a huérfanos y a madres solteras. Estas suponían una mácula para la reputación de Irlanda como una devota nación católica y un problema para algunos padres poderosos con aventuras extramaritales.
En los centros, separaban a las madres de sus pequeños, que eran criados por las monjas dentro de las mismas premisas, a la espera de que pudieran ser adoptados. El Gobierno calcula que unas 35.000 madres solteras pasaron por alguno de los centros de acogida gestionados por órdenes de religiosas católicas desde la creación del Estado irlandés en 1922 hasta los años sesenta.
En los años 30, 40 y 50 del siglo pasado, la mortalidad de los hijos nacidos fuera del matrimonio llegaba a ser cinco veces mayor que la de los niños de padres casados, según datos oficiales. El hallazgo confirma las sospechas de que los niños fallecidos en el centro eran enterrados en fosas comunes sin marcar. El arzobispo de Dublín dijo en 2014 que “si algo pasó en Tuam, probablemente habrá sucedido también en otros hogares de acogida de madres y niños del país”.
La historiadora local Catherine Corless fue quien llamó la atención sobre el caso de Tuam, con un estudio que descubrió certificados de defunción de casi 800 niños pero registros de enterramiento de solo dos. La investigación de Corless apuntaba a que, como parece indicar el hallazgo anunciado hoy, los restos yacían en el espacio que ocupaba un tanque séptico del edificio.