El Partido Conservador asumió su responsabilidad por haber tumbado la reforma tributaria propuesta por el gobierno, marcando un hito en la actual batalla política. Con fuertes acusaciones, los líderes del partido advirtieron que no apoyarán ninguna medida que consideren perjudicial para los colombianos y que, según ellos, solo beneficia al fortalecimiento de la burocracia y la corrupción gubernamental.

"Nosotros, como Partido Conservador, no íbamos a respaldar una reforma tributaria que solo sirviera para engrosar las filas de la burocracia y continuar con el despilfarro del dinero público", afirmó Óscar Barreto, senador de la República quien aseguró además que "el gobierno se está robando el país", haciendo referencia a los constantes escándalos de corrupción que han salpicado a diferentes sectores del Ejecutivo en las últimas semanas.

El rechazo a la reforma tributaria se ha convertido en un tema central de discusión en la política colombiana. Mientras algunos sectores apoyan el proyecto como una necesidad para aumentar los recursos del Estado, el Partido Conservador ha dejado claro que no serán cómplices de una reforma que, a su juicio, solo busca "retroalimentar la corrupción". Según el congresista en lugar de mejorar la situación económica del país, esta reforma habría desviado aún más los recursos hacia los bolsillos de unos pocos.

“Cada semana, dos o tres nuevos escándalos de corrupción salen a la luz pública, y lo que menos necesitamos es más dinero en manos de quienes ya están comprometidos en actos ilícitos. No apoyaremos este tipo de políticos”, reiteró el líder conservador, reafirmando su postura de no ceder ante el gobierno.

La reforma tributaria, que se encontró en discusión en el Congreso, proponía una serie de medidas para aumentar la recaudación fiscal en un intento por cubrir el déficit del Estado. Sin embargo, con esta tajante oposición del Partido Conservador, el futuro de la reforma es incierto y la división en el Congreso es cada vez más evidente.