“Calumniad calumniad, que de la calumnia algo queda”. Dicha frase atribuida a Laureano Gómez pareciera no perder vigencia, mucho menos en los tiempos de las redes sociales y la inteligencia artificial que suplanta voces y crea cualquier imagen o vídeo por increíble que parezca de suceder.

En los temas políticos, los contradictores utilizan cualquier falsa versión para atacar a sus oponentes, al punto de usar argumentos falaces y que terminan lacerando la dignidad y la integridad de las personas, por el simple hecho de ser reconocidas en cualquier ámbito de la vida y que, ante el más mínimo asomo de equivocación, terminan en el escarnio público de manera injusta. Una imagen distorsionada, una mentira repetida muchas veces y por varias personas, así como posturas bajo la victimización de quienes hacen parte de grupos vulnerables e incluso bajo el simple hecho de ser mujer, desafortunadamente se vuelven creíbles pues quienes calumnian y denigran se escudan en dicha categoría para que su versión tenga mayor fuerza.

Por ejemplo, la semana anterior, el presidente Petro fue injuriado y calumniado hasta el cansancio en redes sociales por haber sido visto en la Fundación Santafé. De ese episodio se dijo que había tenido que ser hospitalizado por cuenta de una supuesta sobredosis, porque también se ha repetido de mil maneras que el presidente es adicto a las drogas sin sustento alguno. La mentira y el chisme llegó hasta a los medios de comunicación, quienes pusieron en entredicho la versión que entregó la Casa de Nariño en sus medios oficiales, al punto que el mismo Petro tuvo que poner una foto en sus redes para comprobar que la hospitalización había sido de su hija menor, y no suya.

No es difícil convencer a otro que un personaje público que maneja recursos o tiene poder de decisión, es ladrón, es hostil, es dictador, es abusador, sin que aquello necesariamente sea verdad, y lo preocupante del asunto es que ante las campañas de desprestigio, que también suceden a nivel local con la gobernadora y la misma alcaldesa, es que algunos medios de comunicación publican informaciones sin contrastar fuentes o sin investigar si lo que están intentando venderles como la gran primicia, es verdad o no.

Tristemente pareciera que estamos ante una nueva estrategia digna de los postulados de la propaganda nazi creados por Goebbels, y que los medios de comunicación están en el deber de combatir.

Yo invito muy respetuosamente a los medios ibaguereños, y especialmente a los portales digitales que recién empiezan a generar interacciones a no caer ante el chantaje y la mediocridad de quienes con falacias y calumnias quieren atacar o desestabilizar al que consideran su enemigo o su piedra en el zapato, y a quienes olvidan que la injuria y la calumnia son delitos tipificados.