Tendencias y perspectivas económicas 2024 - 2025
Factores como la inflación persistente en las principales economías y los efectos de la desaceleración económica han sido constantes. Los impactos de la pandemia, la crisis de los contenedores y los conflictos geopolíticos en Europa aún generan retos significativos. Sin embargo, en medio de estos desafíos también surgen oportunidades y tendencias para el desarrollo y el crecimiento.
Las economías avanzadas probablemente crecerán a un ritmo moderado. En Estados Unidos, se proyecta un crecimiento entre el 2.0% y el 2.5%, impulsado por un consumo fuerte y un mercado laboral dinámico que incluye a miles de inmigrantes. La política monetaria seguirá siendo restrictiva para controlar la inflación. Por otro lado, Europa enfrenta un crecimiento más lento, con el riesgo de una crisis energética prolongada y una menor demanda externa. Mientras tanto, las economías asiáticas, lideradas por China e India, seguirán siendo motores clave del crecimiento global. China podría alcanzar un crecimiento del 5% anual, gracias a un consumo interno fortalecido y a su enfoque en productos innovadores y de alto valor agregado. Además, sus inversiones de ultramar en el marco de localizaciones offshoring y nearshoring en América Latina, Europa y Asia refuerzan su posición como líder económico mundial.
En América Latina, el crecimiento promedio para 2024 se estima en un 2.5%, una meta ambiciosa dada la complejidad del entorno global. Brasil, respaldado por su fuerte sector agrícola y el aumento de la demanda externa, podría crecer entre un 2.5% y un 2.9%. En México, la relocalización de cadenas de suministro (nearshoring) y su integración con la economía estadounidense podrían impulsar su crecimiento por encima del 3%. Por el contrario, Argentina enfrenta un panorama complicado debido a la inflación y la inestabilidad política, limitando su crecimiento a menos del 1%. Otros países como Chile y Perú también afrontan desafíos internos, con proyecciones de crecimiento que difícilmente superarán el 1%.
Para Colombia, el 2024 será un año clave para evaluar la situación socioeconómica y política. Aunque el 2023 estuvo marcado por una desaceleración económica, inflación y una alta tasa de cambio al dólar o Tasa Representativa del Mercado TRM, las perspectivas para 2024 podrían ser más positivas. Se espera un crecimiento entre el 1.5% y el 2.0%, teniendo en cuenta las proyecciones del FMI y Banco de la República, sin embargo, esto depende de factores como la inflación, el impacto de las reformas fiscales y monetarias, la atracción de inversión y el desempeño de sectores estratégicos como la agricultura. Un salvavidas para el país será la tan favorable cosecha de café, que sumada a los buenos precios internacionales del momento y una tasa de cambio TRM competitiva, derivará en resultados muy positivos. Además, el crecimiento del turismo y el desarrollo de infraestructura podrían aportar al dinamismo económico en el presente año.
Vale la pena destacar que el Banco de la República ha mantenido una política monetaria cautelosa para controlar la inflación, lo que ha limitado considerablemente la inversión en varios sectores, especialmente para el sector microempresarial que depende del crédito. Sin embargo, las reformas en marcha como lo es el “Plan de Reactivación Económica para la Transformación” podrían estimular el crédito y la inversión, generando resultados positivos en 2025.
De cara al 2025, Colombia deberá centrarse en consolidar la estabilidad macroeconómica, implementar reformas estructurales que promuevan un crecimiento inclusivo y sostenible, aumentar el ingreso de divisas y el consumo interno. En el ámbito regional, una mayor cooperación podría potenciar el comercio intrarregional y reducir la dependencia de mercados externos. Un desafío clave será atraer inversión extranjera directa y diversificar las exportaciones, con un enfoque especial en productos no tradicionales.