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Hacerse grande en lo pequeño

Cómo no referenciar los antioqueños y explorar un poco con ellos en lo que están haciendo bien como región al mantener ese potencial empresarial y esa capacidad inversionista que para envidia de muchos supera la mayoría de países latinoamericanos.
Imagen
Álvaro Montoya
Crédito
Ecos del Combeima
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24 Nov 2024 - 8:46 COT por Álvaro Montoya

Antioquia estratégicamente ha definido hacerse grande desde lo pequeño, para seguir avanzando y consolidando su potencial económico. Se trata de un batallón de empresas relativamente pequeñas pero especializadas, que atienden con pocas unidades de producción muchos clientes en todo el mundo, a diferencia de lo acostumbrado en el comercio exterior donde se atiende con grandes volúmenes de mercancía.  

Ese esquema de negocios les ha mantenido buenos indicadores en materia de ocupación con tasas superiores al 57% y una baja informalidad cercana al 37%, donde también en su capital Medellín el desempleo está entre los más bajos del país con un 7,8% a finales de 2024.

Cómo no referenciar los antioqueños y explorar un poco con ellos en lo que están haciendo bien como región al mantener ese potencial empresarial y esa capacidad inversionista que para envidia de muchos supera la mayoría de países latinoamericanos.

Antioquia es un pequeño país, que con su capital Medellín, supieron jugársela por la competitividad y la regionalización como su ADN. Donde Ambas, departamento y capital como manos de un solo cuerpo, han potenciado todas sus capacidades hasta lograr construir toda una estrategia para escalar en su prosperidad regional, llevando al pueblo paisa a una fase superior en su desarrollo, como textualmente lo expresa su estrategia emergente.

La pequeña empresa es tan importante para los antioqueños, que la han definido como una fortaleza frente al nuevo mundo regionalizado, inclusive como su ventaja competitiva para atender grandes mercados como el norteamericano.  Son empresas con menos de 9 empleados que actualmente participan con el 7% de todas las exportaciones antioqueñas, participación porcentual por encima de países como Italia donde es un 6%, Alemania un 4% e incluso Corea donde esas pequeñas empresas lo hacen con un 5% de sus exportaciones.

Cómo entonces no romper esquemas en esta nueva dinámica económica entre regiones, e ir más allá de lo que nos entrega hoy en día las mismas Regiones Administrativa de Planeación-RAP, las asociaciones de municipios o la misma Federación Nacional de Departamentos, y buscar acuerdos económicos con quienes han sido exitosos en la tarea de retener la inversión existente, potenciarla y atraer la nueva en beneficio de la calidad de vida de sus habitantes.

Los paisas se tienen confianza y parte de su futuro lo han fincado fortaleciendo este batallón de pequeños pero poderosos negocios, pensando en atender otros mercados, especialmente el mercado norteamericano a través de México como su mejor aliado, con quien ya materializó acuerdos en algunos sectores y con varias industrias.

Tal como lo está haciendo hoy Antioquia con México para atender a Norteamérica como el gran mercado mundial, por qué no Antioquia podría hacer lo propio con el Tolima para atender organizadamente a Bogotá como el gran mercado nacional, si es que somos nosotros como departamento y su capital Ibagué-Región, los llamados estratégicamente a ser sus aliados naturales, más aún cuando nuestras potencialidades dan para ello y nuestros desafíos lo ameritan.

Para cerrar este capitulo, no podríamos dejar de referenciarnos en el Índice Departamental de Competitividad y preguntarnos si nos necesitamos como aliados o no.  Tolima en la tarea de superar ese rezago en el pilar del Entorno para los Negocios para que finalmente llegue la inversión y encuentre ese esquivo desarrollo, y Antioquia en la tarea de atender de una mejor manera ese gran mercado llamado Bogotá.