En un operativo conjunto entre el Ejército y la Policía Nacional, se reportó la muerte en combate de Vladimir Gallo, conocido como alias 'Julián Uribe', segundo al mando de la estructura Ismael Ruiz, una célula de las disidencias de las FARC bajo el mando de 'Iván Mordisco'. La acción se llevó a cabo en los límites de los departamentos de Tolima y Huila y es considerada un golpe significativo a la estructura de esta organización, involucrada en varios actos de violencia en la región.

Alias ​​'Julián Uribe', quien ingresó en 2021 al grupo Dagoberto Ramos, pasó rápidamente de ser un guerrillero raso a ocupar puestos de liderazgo. En 2022 asumió como cabecilla de comisión de la estructura Ismael Ruiz y, en 2023, se convirtió en el segundo al mando de esta organización disidente. Durante su carrera delictiva, este delincuente estuvo vinculado a una serie de ataques que cobraron vidas tanto de civiles como de uniformados.

Entre los actos atribuidos a 'Julián Uribe' están el atentado el 2 de noviembre de 2022 en San Luis-Neiva, donde murieron siete policías en un ataque con explosivos y armas de fuego. Además, se le responsabiliza de una acción armada el 21 de febrero de 2024 contra tropas del Ejército en La Plata, Huila, en la cual falleció un soldado profesional, así como de otros hostigamientos y enfrentamientos que incluyen víctimas civiles, como la muerte de una menor en La Plata en julio de 2023.

Dentro de los hechos recientes en los que se le acusa también está la muerte de excombatientes protegidos por la Unidad Nacional de Protección (UNP) en enero de 2024, en Pitalito, Huila. Además, habría participado en el homicidio de un excombatiente en febrero de 2024 en Rioblanco, Tolima, y ​​en enfrentamientos contra el Ejército en Neiva y en el municipio de Ataco, Tolima, donde se usaron drones para ataques contra bases militares.

Luego del operativo, la comunidad local intervino y se llevó tres de los cinco cuerpos de los disidentes muertos en el enfrentamiento, según denunciaron las autoridades. Por alias 'Julián Uribe', la Gobernación del Tolima ofrecía una recompensa de 60 millones de pesos, monto que evidenciaba el alto interés de las autoridades en su captura o neutralización debido a la serie de delitos que se le atribuían y el nivel de riesgo que representaba su accionar en la región.

Con la neutralización de este cabecilla, las autoridades esperan reducir las acciones violentas en la zona y reafirmaron su compromiso con continuar los operativos en contra de las estructuras disidentes que operan en el suroccidente del país.