Las negociaciones para definir el salario mínimo en Colombia para 2025 comienzan a generar debate entre empresarios, gremios y el Gobierno, quienes buscan alcanzar un equilibrio entre las demandas sociales y las realidades económicas del país.

Rodolfo Correa, presidente de Acopi, expresó su preocupación por un posible aumento superior al Índice de Precios al Consumidor (IPC), proyectado en 5,8%.

"El incremento del salario mínimo no puede superar esta cifra, ya que afectaría la estabilidad de las micro, pequeñas y medianas empresas", afirmó Correa, señalando además la falta de un diálogo social efectivo entre el Gobierno, los empresarios y los trabajadores.

En una postura similar, María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, destacó la importancia de que el ajuste esté alineado con la inflación y los niveles de productividad.

"El aumento debería ser inferior a dos dígitos para ser consistente con la realidad económica del país", aseguró Lacouture.

Desde el Gobierno, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, indicó que el punto de partida para la discusión será la inflación proyectada para noviembre, estimada en 5,2%, sumada a un punto de productividad, lo que resultaría en un incremento inicial del 6,2%.

"El salario mínimo no puede crecer por debajo de la inflación causada, y este será el punto de referencia", afirmó el ministro Bonilla.

Por su parte, José Ignacio López, presidente de Anif, advirtió que no es el momento para aumentos de doble dígito en el salario mínimo, pese a que esta posibilidad ha sido mencionada por algunos sectores. Según López, la discusión podría centrarse en un incremento del 6,3%, considerando que la inflación anual podría cerrar en 5,3%, más el punto adicional por productividad.

Las mesas tripartitas entre Gobierno, empresarios y trabajadores, que comenzarán en las próximas semanas, buscarán definir un incremento que equilibre las necesidades de los colombianos con las capacidades del sector productivo.

El desafío radica en encontrar un consenso que no solo reconozca el impacto de la inflación, sino que también sea sostenible para las empresas y fomente la recuperación económica del país.