Este proyecto denominado Yarumo, será construido en el sector donde se levantó la Arboleda Campestre y tiene proyectadas 500 viviendas VIPA-Vivienda de Interés Prioritario para Ahorradores y 868 en VIS-Vivienda de Interés Social, en bloques de apartamentos a un costo de 55 millones 800 mil pesos las primeras y de 82 millones 900 mil pesos las segunda con destinos a familias sin techo que no devenguen más de dos salarios mínimos legales  mensuales para VIPA y menos de 4 salarios para VIS.

Afirman los denunciantes que se está privilegiando a los postulantes que son trabajadores de la Constructora Bolívar, a sus familiares, recomendados de algunos sectores empresariales, de una de las entidades bancarias, de las haciendas arroceras de la zona y hasta los empleados y allegados de los propietarios de los lotes.

“Nosotros estamos molestos porque llegamos desde el jueves a las seis de la tarde y no tuvieron en cuenta que llevamos más de dos días acá mojándonos, asoleándonos y durmiendo prácticamente en ‘cambuches’ y sin tener que esperar o hacer lo que hemos hecho nosotros los postulantes del común, les tuvieron prioridad a todos los que han tenido ‘palanca’, mientras ellos han llegado en carros, bien vestidos y con lista en mano, los han hecho pasar por encima de nosotros y hasta ahora a constructora no nos ha dado la cara”, afirmó la señora Deysi Totena, una de las aspirantes.

Manifiestan quienes se encuentran apostados a las afueras de Bolívar que lo que más les preocupa es que desde el mismo jueves, han llegado cientos de personas con papeles en mano y que a este paso creen que ya se han completado o estarían muy cerca de las 500 viviendas y muchos de los que han esperado, por ahora no tendrían la oportunidad.

“Estoy desde las dos de la tarde del jueves y entregaron unas fichas, luego nos dijeron que empezaban a atender y sólo lo hicieron con unas quince personas porque de resto lo hacían con los que llegaban  y dizque estaban citados y con listas en manos los hacían pasar, así nos tocó pasar la noche en carpas improvisadas, bajo sombrillas o mojándonos y consideramos que si esto es un programa del Gobierno Nacional para los más pobres, se debe atender a todos por igual sin que haya privilegios o preferencias para nadie”, manifestó Marcela Arias, quien pide que la situación se aclare a todos los que han acudido ante la convocatoria.

En busca de una explicación sobre cómo se ha realizado el procedimiento, acudimos ante el director comercial de la constructora Bolivar en Ibagué, el señor Estaban Mejía, hijo del doctor Enrique Mejía Fortich, miembro de la Junta Directiva de la CCI quien ha sido directivo también por largos años del Diario El Nuevo Día, la Corporación Festival Folclórico Colombiano, la Fundación Musical y Unibagué, quien nos dijo que no podía hablar a nombre de la entidad y que sólo lo haría este sábado hacia las nueve de la mañana, el alcalde de Ibagué Guillermo Jaramillo, cuando hiciera la presentación oficial del proyecto como mandatario de los ibaguereños y socios del programa.

Sin embrago, tras la negativa inicial se nos llamó cuando nos retirábamos del lugar para solicitarnos el número de contacto y el mismo gerente Mejía anunció que a través de instancias superiores de la Constructora Bolívar se nos llamaría y entregaría una información que aclare la situación.

Entre tanto, los más de dos mil ibaguereños sin techo que aguardan una esperanza a las afueras de la entidad, esperan una respuesta favorable para hacer realidad su sueño de ser propietarios pero como afirma, ‘las roscas y las preferencias’, los pueden dejar sin una opción.