La especialista en resolución de conflictos armados de la Universidad de los Andes y politóloga Claudia Londoño junto con la especialista en Integración en el sistema Internacional y también politóloga Lilian Andrea Castro reflexionaron frente a los retos que deberán afrontar los futuros gobernantes y la disminución de los índices de pobreza en la ciudad.

A la luz de la encuesta de ciudades 'Ibagué cómo vamos', las politólogas notaron con preocupación que sólo un 5% de ibaguereños participan de proyectos comunitarios y ese es un factor que incide considerablemente en la percepción que se tiene de ciudad y la imagen que se proyecta de la misma, así como de la noción de democracia y participación conjunta que se tiene. Igualmente afirmaron que en la ciudad, no sólo se debe combatir el desempleo, sino que se debe pensar en soluciones más efectivas que ataquen directamente el problema de la pobreza y a la par dar estructura a otros temas también importantes como la educación, la salud y la seguridad.

Para tal objetivo, propusieron ampliar la cobertura y mejorar sustancialmente el servicio de salud, así como implementar proyectos de educación para el trabajo. Esto, partiendo de generar confianza en los ciudadanos, algo que consideran vital en cualquier proceso de desarrollo social “se necesita que las instituciones gubernamentales sean transparentes” coincidieron.

Con respecto a las campañas políticas en auge, las mujeres, escépticas de estos procesos, aseguraron que los candidatos vendían propuestas basadas en derechos que ya la gente se ha ganado, que hacen énfasis en cuestiones de género y respeto por ejemplo, a la mujer al igual que compromisos frente al bienestar de los niños. Agregaron que las propuestas de progreso y resolución de conflictos y problemáticas se ven poco por esta época y que lo que vemos es un mercadeo político que se nutre de obligaciones y no de soluciones concretas y aplicables a la realidad.

Claudia Londoño y Lilian Castro concluyeron que los candidatos deben asumir un compromiso real y formal no sólo con los ciudadanos sino con la democracia para así empezar una dinámica de crecimiento local y regional que parta del auto-reconocimiento y la formación de una identidad conjunta que permita enfocarse en los verdaderos problemas de la sociedad y se fundamente, por supuesto, en las bases del gran legado griego.