El comienzo de la Semana Mayor para los católicos se ha consolidado como un problema ambiental de gran relevancia, pues la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén donde se le reconoce como mesías se representa batiendo al aire ramos hechos con palma de cera en la celebración litúrgica en las iglesias, simbolismo bien conocido como Domingo de Ramos.

Para esta ocasión, la Corporación Autónoma Regional, Cortolima adelantó una fuerte campaña de concientización sobre el daño ambiental que se causa al ser usada para el rito religioso con el que se inaugura la Semana Mayor del catolicismo; y la posible extinción de la Palma de Cera, declarada oficialmente como árbol nacional de Colombia.

Por la calle 15 de la ciudad, circuló esta mañana un grupo de funcionarios de Cortolima entregando a los transeúntes palma areca para que la utilizaran el día domingo a cambio de usar ramos la de cera. Por su parte, la reconocida ecóloga Gloria Beltrán, quien participó de esta campaña, habló para ECONOTICIAS sobre las medidas tomadas y promovidas por las autoridades pertinentes de no utilizar la palma de cera.

“La muerte de la palma más alta del mundo incide sobremanera en el cambio climático, que se prohíba su utilización significa un cambio importante en la conciencia” afirmó. Añadió que a la campaña se había unido el programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Cooperativa en la ciudad de Ibagué entregando plegables informativos a los ciudadanos.

Es importante anotar que la palma de cera es el hábitat del loro orejiamarillo “el único lugar donde el loro encuentra todo lo que requiere para su supervivencia, allí se alimenta y protege” afirmó la ecóloga.

Gloria Beltrán se dirigió a los oyentes de Ecos del Combeima invitándolos a proteger las especies y conservar la fauna colombiana, –a su parecer- una de las más ricas del mundo. Agregó que el Tolima es el departamento que nutre a muchos otros de semillas de palma areca y que eso lo hace líder en conciencia ambiental; y aunque está en disputa el verdadero hogar de la palma de cera entre los departamentos de Quindío y Tolima, Beltrán concluyó diciendo que esta planta era de todo el país.