El regreso del Festival Folclórico Colombiano tras dos años de ausencia por la pandemia del COVID-19, trae consigo la realización de las tradicionales cabalgatas, un evento que fue anulado por la administración de Guillermo Alfonso Jaramillo en la capital del Tolima y que continúa generando rechazo a raíz del presunto maltrato animal.

Ahora, con la ciudad en manos de Andrés Fabián Hurtado, el Gobierno Municipal decidió apostarle a ese encuentro pese a las voces en contra de profesionales como Óscar Jiménez, ex director del Centro de Atención y Protección Animal de Ibagué, que advierten sobre las graves consecuencias que al parecer padecen los caballos participantes.

Las declaraciones

"Apoyo las fiestas y las manifestaciones culturales, pero no estoy de acuerdo con que las personas que consuman licor se monten a un animal (...) el caballo no está acostumbrado -dentro de su naturaleza- a estar rodeado de pitos, carros y personas gritando. Todos esos ruidos le generan miedos o frustraciones que pueden ocasionar una reacción incontrolable", explicó Jiménez.

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Del mismo modo, advirtió que esas condiciones representan un "maltrato emocional" contemplado en la ley 1774 del 2016, y agregó que el impacto constante de los cascos de sus extremidades contra el pavimento durante los trayectos, provoca una enfermedad conocida como laminitis.

Otros aspectos

"También podemos encontrar que las extenuantes jornadas producen deshidratación que puede llevar a un cólico y muerte por abdomen agudo, o úlceras al ingerir alimento que no se mastica adecuadamente porque tienen el freno puesto todo el día. Yo no estoy en contra de la cría de caballos o los caballistas, sino de estos espectáculos", sostuvo Óscar Jiménez como profesional de la medicina veterinaria.

Por último, recordó el caso de Icononzo, en donde un participante le aplicó choques eléctricos en repetidas ocasiones a su caballo, y el de Melgar por cuenta del hombre que, montado en el animal, hizo disparos al aire.