Las acciones aparentemente irregulares durante la administración de Guillermo Alfonso Jaramillo le pasaron 'factura' a la Corporación Festival Folclórico Colombiano con la pérdida de uno de sus principales activos: la vivienda ubicada en el barrio La Pola.

Los polémicos manejos de la organización a cargo de Betty García en el escándalo del alumbrado navideño por un discutido escenario de tercerización, llevaron a que el gobierno 'Por Ibagué con todo el corazón' únicamente reconociera $1.200 millones de los $1.691 millones que había contratado en primera instancia.

Con un 'hueco' significativo y la inversión al parecer ejecutada en su totalidad por los subcontratados, la Corporación Festival Folclórico Colombiano no tuvo cómo responderle a la empresa Moriah Company, y en consecuencia, nació una demanda que llegó al Juzgado Primero Civil del Circuito con una posterior orden de embargo.

La deuda cercana a $400 millones empezó a crecer hasta superar los $700 millones, justo el valor que hoy arroja la propiedad residencial que se había convertido en el principal músculo financiero de García, quien curiosamente había gozado del respaldo de las autoridades gubernamentales.

Mientras tanto, continúa el proceso contra Jaramillo tras la formulación de cargos por la presunta celebración de contrato sin el cumplimiento de requisitos legales.