En la intersección de la calle 67 con carrera 10 se evidencia un claro abandono de las vías. Desde hace aproximadamente tres años, no se han realizado reparaciones adecuadas, lo que ha provocado grandes socavones que dificultan el paso vehicular y han ocasionado varios accidentes. Daniel Molina, propietario de uno de los negocios ubicados en la zona, nos comenta:

Además, muchos vecinos se quejan del mal olor que emana del lugar, causado por las aguas residuales y la acumulación de agua de lluvia, lo que genera un ambiente insalubre. La proliferación de mosquitos a raíz del agua estancada ha ocasionado que varios residentes se enfermen. Napoleón Monsalve, dueño de una tienda en el sector, expresa:

Una de las personas más afectadas por esta situación es Claudia Ávila, directora de un jardín de niños ubicado justo frente a uno de los socavones. Aunque, afortunadamente, ninguno de los niños ha enfermado, los fuertes olores generan malestar en los salones, y existe la preocupación de que más adelante alguno de los pequeños se vea afectado.

A pesar de que se ha presentado en varias ocasiones un derecho de petición al presidente de la Junta de Acción Comunal, al llevarlo queja a las autoridades correspondientes, esta ha sido ignorada. Se hace un llamado urgente al IBAL y a la alcaldía para que tomen medidas lo más pronto posible. 

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