El 'chicharrón' del transporte en Ibagué que hace inminente un paro de busetas
El paro de busetas va porque va. Ese es el mensaje que quedó en el aire tras una rueda de prensa de los líderes transportadores y una infructífera reunión con la Alcaldía de Ibagué.
Esta novela comenzó hace algunos años, cuando el Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) de Ibagué fue declarado de importancia estratégica mediante el CONPES 4017 de 2020. A través del CONFIS, se le asignaron recursos por más de 645 mil millones de pesos, la inversión más grande en la historia de la ciudad.
En teoría, el proyecto debía avanzar en seis componentes: infraestructura, estaciones y paraderos, patio-talleres y terminales, infraestructura complementaria, interventoría de obras y tecnología.
Sin embargo, las demoras y los incumplimientos han generado una fractura entre los diferentes actores del sector transporte.
En este contexto, hay tres protagonistas: conductores, propietarios y operadores. El próximo paro es una continuación de los realizados en diciembre de 2022 y agosto de 2023, pues los requerimientos de un grupo de propietarios y conductores no han sido atendidos.
La principal exigencia del gremio es garantizar quién se hará cargo de la compra de la sobreoferta del sistema, asegurando que los vehículos, una vez pierdan su vida útil, serán repuestos o chatarrizados y que se compensará económicamente a sus propietarios.
A pesar de que este tema fue central en el paro de diciembre de 2022, no se definió quién asumiría esta responsabilidad. En el paro de agosto de 2023, los propietarios protestaron nuevamente debido a la falta de garantías en la compra de la sobreoferta y la inconformidad de las empresas por no adjudicarse el contrato de recaudo.
En esa ocasión, la Alcaldía prometió incluir en el presupuesto de 2024 los recursos necesarios para el pago de la sobreoferta. Esto pretendía salvaguardar a los transportadores en caso de que los operadores no cumplieran con sus obligaciones. Sin embargo, los líderes aseguran que ese compromiso no se ha cumplido, dejándolos en el limbo.
Así, Ibagué se encuentra ad portas de un nuevo paro de busetas, programado para el próximo viernes 31 de enero, una medida de hecho que, según los líderes del gremio, podría generar un fuerte impacto en la movilidad de la ciudad.