Desde las Piscinas Olímpicas de la Unidad Deportiva en Ibagué, un evento internacional de gran importancia, el Pre Mundial de Polo Acuático, ha dejado al descubierto una realidad que contrasta con la imagen promocionada por la Alcaldía de Ibagué y la Federación Colombiana de Natación (FECNA).  

El torneo, que es clasificatorio para el Campeonato Mundial de Polo Acuático en Singapur 2025, ha sido empañado por las críticas hacia las condiciones de los escenarios alternos dispuestos para los entrenamientos. En un contexto que debería resaltar la capacidad de la ciudad como sede deportiva internacional, han surgido denuncias de suciedad, la inexistencia de camerinos adecuados y baterías sanitarias en deplorable estado.  

La pregunta que muchos se hacen es: ¿Por qué PanAm Aquatics y World Aquatics permiten que un evento de esta envergadura se lleve a cabo en condiciones tan cuestionables? La falta de infraestructura adecuada para los atletas no solo afecta la reputación de Ibagué, sino también la credibilidad de las organizaciones internacionales responsables de supervisar estos campeonatos.  

PanAm Aquatics, conocida anteriormente como UANA (Swimming Union of the Americas), es la asociación continental encargada de regular y supervisar las competencias acuáticas en América del Norte y del Sur. Su aval para este torneo ha generado inquietud sobre los estándares aplicados para seleccionar y auditar las sedes de los eventos.  

La comunidad local y los espectadores han manifestado su descontento, exigiendo respuestas tanto de las autoridades locales como de las federaciones involucradas. Mientras tanto, los atletas deben enfrentarse no solo a sus competidores, sino también a las carencias logísticas que opacan el espíritu de la competencia deportiva.  

Esta situación pone en jaque la imagen de Ibagué como Capital Musical y Deportiva de Colombia y deja la reflexión sobre la verdadera preparación de la ciudad para albergar eventos de talla mundial.