En la mira de la opinión pública la línea 123 por la supuesta negligencia a la hora de atender los casos de intento de suicidio
En los últimos años Ibagué empezó a escalar en el ranking nacional de las ciudades con mayor índice de suicidios, lo que llevó a las autoridades gubernamentales a implementar estrategias que permitieran contrarrestar el registro negativo.
A través de la Secretaría de Salud Municipal, la Alcaldía –de la mano con la Policía Metropolitana- habilitó en la línea de emergencia 123 un canal alterno de comunicación por donde supuestamente se podría acceder a un servicio telefónico especializado con profesionales de la psicología, esto con el fin de evitar que las personas en condición de vulnerabilidad emocional llegaran a tomar la fatal decisión.
No obstante, una vez se puso en marcha la estrategia, las críticas se empezaron a gestar por cuenta de la supuesta inefectividad de la línea. Al parecer las trabas en el proceso y los filtros que se deben superar antes de tener comunicación con un psicólogo, van en contravía de la condición natural de urgencia que se supone tiene una eventual situación de suicidio.
Pese a que el trámite resulta claramente engorroso, la secretaria de Salud Municipal, Johanna Barbosa, dijo que se trata de un proceso necesario e inamovible que debe cumplirse.
Por su parte, el concejal Pedro Mora advirtió ayer en diálogo con esta redacción que efectivamente los filtros intrínsecos de la ‘Línea Amiga’ juegan en contra de la persona que requiere el servicio, y además cuestionó la preparación que tienen los bachilleres de la Policía, quienes representan el primer eslabón en la comunicación telefónica.
"Este mecanismo que ha optado la Secretaría de Salud es bien intencionado, pero por supuesto está la intermediación que se hace a través del 123, la rotación de los policías bachilleres que atienden esa línea, a veces no saben ni de qué están hablando, no saben cómo responder (...) hay que revisar los mecanismos", argumentó el cabildante.