“Acepto este cargo por necesidad ante mi situación de salud y por ser cabeza de hogar”: Lilian Rocío García
La semana pasada la funcionaría y docente, Lilian Rocío García, quien fue relevada de su cargo como directora de programa a distancia en la Universidad del Tolima, realizó una protesta artística frente a la Gobernación para dar a conocer un caso que a su juicio era injusto dadas sus condiciones de salud y como cabeza de hogar pues como hija única está a cargo de su padre quien actualmente batalla contra el cáncer.
La carta de despido indica que los motivos que llevaron a tal decisión luego de casi 7 años de servicios corresponde a la crisis que desde el 2015 estalló en la Universidad y que ha llevado a tener que tomar medidas financieras para nivelar el gran déficit económico que se presentó.
“Tengo una luxación bilateral de cadera junto a tres hernias discales en la columna pero quiero aclarar que nunca he dicho que sea consecuencia de un accidente laboral como algunas instancias han hecho mención, esta situación lleva a que tenga un respaldo en términos de derecho constitucional”, indicó Roció García.
La funcionaria indicó que gracias a su protesta a través del performance y body art logró que muchas personas conocieran y se solidarizaran con su caso.
“Ayer tuve la oportunidad de sentarme con el señor rector Ómar Mejía de una forma cordial y respetuosa, finalmente acepte un cargo que me ofrecieron y me nombraron como P11 que es una categoría dentro de la UT para laborar en extensión cultural como profesional en el área que desempeño y me hicieron mención que quedaría incluida dentro de la planta provisional para ofrecerme una condición de protección dado que tanto mi padre como yo necesitamos garantías en salud”.
Lilian Rocío García apuntó que entiende no poder ser reintegrada a su cargo como directora de programa por políticas de la restructuración e indicó que muchas personas se sumaron a su causa y la apoyaron.
“Dure 7 años y tres meses en ese cargo, a partir de 1998 también he estado como docente catedrático con algunas cátedras, cuando alguien es funcionario está determinado que solo puede asumir máximo dos cátedras que equivalen dentro de mi categoría a cerca de 320 mil pesos mensuales, quiero aclarar que acepte este cargo por necesidad ante mi necesidad expuesta de salud y con mi padre”, indicó García.
Puntualizó que su economía personal se ha visto bastante golpeada por la remoción de su cargo pues el trabajo que le ofrecieron más las cátedras que podría llegar a impartir no compensan su sueldo anterior.
“Mi situación de salud no me imposibilita a ejercer ciertos cargos por lo que no quisiera sentirme discriminada o marginada pues yo he desarrollado hasta ahora mi labor de forma eficiente, es la justicia administrativa quien deberá determinar si despido fue justo o no”.