Nuestros oyentes en el mundo "Opinan".............
Si bien Parte de los pelaos que asistieron al evento del día de la juventud se enfrentaron a la policía y propiciaron desordenes inauditos, hay que ver el papel de la policía en el origen de los mismos.
No asisití a dicho evento, pero conozco mucho de los movimientos juveniles y me he sabido de varias fuentes que el problema inició cuando un bachiller de buzo blanco se enfrascó en una discusión con un muchacho asistente al evento; seguidamente llegaron otros bachilleres apoyando a su compañero y se envalentonaron contra el joven asistente; al ver dicha situación, quienes rodeaban el hecho abuchearon e insultaron a los auxiliares, los cuales (como jóvenes también que son) emprendieron a golpes contra barios miembros del público. Por supuesto la situación se salió de control y la policía jamás aceptará que se actuó incorrectamente.
Los perjudicados son los artistas; pues ante las versiones oficiales de la policía que inculpan las mal llamadas “tribus urbanas” la administración municipal restringe la realización de eventos culturales.
Los problemas de orden público no se viven exclusivamente en eventos juveniles y mucho menos de “X” tipo de música, por el contrario en los eventos de gente de mayor edad se hacen presente ya no armas cortopunzantes y piedras, sino de fuego, que ocasionan muertos.
En la página de uno de los medios locales se decía que los jóvenes habían hecho disparos dentro del evento, a lo cual respondieron los uniformados. INSOLITO, raro, solo basta preguntarse ¿y si la policía estaba controlando el sitio, como llegaron allí dichas armas? ¿jóvenes de 14 y 15 años con armas de fuego? ¿y entonces que van hacer los encargados del orden? ¿será acaso una versión con afán de lavarse las manos?
La ciudad sufre cuando las medidas represivas limitan a sus integrantes, cuando no se permite la interacción social bajo la excusa de mantener la calma. Cuando los eventos de esparcimiento se vuelven exclusividad de quienes pagan entradas costosas.
Me parece tiempo de evaluar la labor social de la policía mas allá de ser simples carceleros del ciudadano común, de ejercer la rapiña del centavo que vemos todos los días quienes conducimos algún tipo de vehículo, de evitar la fatiga ante las necesidades de la ciudadanía. Todos lo sabemos, pero a nadie nos ponen cuidado: hay serios problemas en esta institución y lo peor es que estamos en manos de ellos, cada día más por culpa de nosotros mismos que nos hemos vuelto cómplices de su negligencia, pereza y desfachatez a la hora de cometer sus propios delitos enarbolando la estrella de su escudo.
Hay que mirar más allá….
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NESTOR E. PARRA R.
Comunicador Social