Vipradel, como era llamado cariñosamente por sus amigos más allegados emprendió el último viaje en la tarde de ayer al perder la batalla contra un cáncer de pulmón que minó su habitual alegría en los últimos meses.

Su hijo Víctor Prado Jr. agradeció a todas las personas que estuvieron pendientes de la salud de su padre quien en los últimos años quiso cristalizar todas las experiencias que tuvo como reportero y se convirtió en un historiador que logró publicar 8 libros.

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Relató que fue en una de las presentaciones de sus libros en Bogotá donde se manifestaron los primeros síntomas los cuáles se asociaron al cambio de clima, sin embargo apenas unas semanas después al realizarse unos exámenes de rutina para la operación de una hernia, en las placas de Rayos X apareció una anormalidad ubicada en los pulmones.

“La radióloga que es amiga de mi hermana la llamó y le pidió que se acercará por la placa de tórax y cuando ella se presentó le indicó que en ella se veía algo extraño en los pulmones y era mejor que buscaran un especialista, con la ayuda de nuestro amigo el internista Edwin Torres conseguimos una cita con el neumólogo Ríos quien ordenó exámenes en los cuáles descubrieron 2 tumores en estado metastásico, uno en el pulmón y otro en el hígado”.

Víctor Prado Jr. comentó que sobre el mes de junio su padre inició una dura batalla para prolongar su vida pues desde un inicio los médicos no dieron posibilidades de curación sino que les indicaron que de seguir el tratamiento podría mejorar su calidad de vida y frenar el avancé de la enfermedad.

Durante el mes de diciembre la familia vio con esperanza una gran recuperación que le permitió a don Víctor pasar una navidad feliz y rodeado del cariño de sus allegados, sin embargo el día de ayer la enfermedad lo llevó a una recaída de la que infortunadamente no salió victorioso como en otras oportunidades.

Hoy su hijo lo recuerda como un hombre que amaba su profesión y que hasta el último día de su vida trabajo por hacer sus proyectos realidad, al punto que en los últimos días venía trabajando con su gran amigo Antonio Guzmán Oliveros quien se sentaba a su lado para trabajar en su autobiografía.

“Más adelante revisaremos en qué estado quedó el material y cómo lo podemos complementar para sacar este libro en honor de mi papá, la revista también es un legado y tal vez demos el paso de pasar a lo digital para que su obra continue, en este momento como familia intentamos afrontar este mal momento”.

Desde Ecos del Combeima enviamos un mensaje de condolencia y respeto a la familia de este gran periodista que tanto le aportó a la cultura tolimense.