Ecos del Combeima conoció el testimonio de dos ciudadanos del barrio La Campiña, quienes al parecer habrían sufrido 'en carne propia' y también serían testigos de las problemáticas de otros ibaguereños a raíz de unos bolardos que al parecer fueron instalados sin ningún permiso en pleno espacio público:

"Los bolardos los pusieron hace aproximadamente dos años cuando el salón de belleza abrió; como nosotros tenemos un almacén muchos carros se parquean en la zona, por lo que la señora decidió poner esos objetos para que no se estacionaran frente a ella", dijo Mario Benítez.

"Esos bolardos le han provocado muchos daños a los carros de nuestros clientes puesto que no se ven, son pequeños y no tienen ninguna señalización", agregó el ciudadano. Por su parte, otra presunta afectada dijo: "Iba entrando al almacén y uno ve el bolardo, pero ya para devolverse queda invisible para el retrovisar, uno no se da cuenta, mi carro quedó ahí incrustado".

Al parecer se trataría de una disputa entre dos comerciantes: la del centro de estética que no quiere que los de al lado parqueen frente a su negocio, y los de al lado que ya no tienen donde ubicar los vehículos de sus clientes:

"La persona que los instaló se dio cuenta, yo entré de mal genio a decirle que no era legal poner unos bolardos en la puerta de la casa pero obviamente a ella no le interesa (...) mi esposo dice que el arreglo del carro debe estar cercano al millón de pesos", agregó la ciudadana.

Ecos del Combeima intentó obtener el testimonio de la propietaria del salón de belleza pero ella se negó a hablar.