Econoticias conoció que el joven ejecutivo Santiago López decidió continuar en la Cámara de Bebidas de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia ANDI y no aceptar el cargo de director ejecutivo de Fenalco en el Tolima pese a la designación efectuada por la junta directiva en pleno. 

El abogado Santiago López cuenta con una amplia experiencia en  el manejo empresarial y una hoja de vida muy completa que le dio el triunfo sobre los otros tres aspirantes que habían sido preseleccionados por la firma caza talentos encargada de tomar de la decisión, ahora se está a la espera de un pronunciamiento de parte de Fenalco para conocer cuál será el paso a seguir en este proceso. 

El reto que enfrentará quien decida ejercer este cargo es muy grande dada la baja credibilidad que vive en estos momentos Fenalco tras darse a conocer una serie de irregularidades en la administración pasada. 

La relación contractual entre la Alcaldía de Ibagué y Fenalco Tolima  a través de convenios interadministrativos que sumaban más de dos mil millones de pesos y la actuación de Édgar Rodríguez como veedor en obras en el desarrollo de las obras del Panóptico, el viaducto de la calle ochenta entre otras, son la muestra de la estrecha línea que dividía esta relación donde el anterior director de Fenalco actuó como juez y parte.

Sin olvidar por supuesto el convenio por 923 millones de pesos que se firmó entre la Alcaldía de Ibagué y Fenalco Tolima para financiar actividades misionales del gremio como el día del panadero, el tendero, los 70 años de Fenalco, la noche de los Mejores, entre otros, la tapa, el escándalo generó controversia al interior del Festival Folclórico e incluso le causó la expulsión de esta Corporación. 

Asimismo, fue la inédita auditoría interna contratada por la Junta de Fenalco de la cual mucho se habló pero poco se conoció, convirtiéndose en el florero de Llorente que evidenció algunos supuestos malos manejos de la contabilidad del gremio, el más grave de todos, una cartera castigada por el orden de 400 millones que se cruzaba sistemáticamente con depreciación en los informes y que ninguno de sus miembros aliados en la Junta jamás le reprochó, incluso después de conocerla.