Con una rueda de prensa en donde se abordaron distintos temas, el empresario Miguel Fernando Castillo se despidió de la presidencia de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Ibagué.

Castillo, quien informó de los avances en la búsqueda del reemplazo del cuestionado Brian Bulla, negó vehementemente que existiera una ‘cacería de brujas’ en contra del entonces presidente ejecutivo del ente cameral y que lo único que se limitaron a hacer fue a investigar.

“No, eso no es cierto. No hay ninguna cacería. (...) El hecho de que nosotros como Junta hayamos investigado o cerciorado en qué es lo que pasaba al interior de la Cámara no es ninguna cacería de brujas, simplemente hemos mirado y revisado. Pero cómo es posible que nosotros como miembros no sabemos qué hace el señor de Planeación o de  Control Interno. Lo que hemos hecho es conocer a cada una de las personas”, indicó.}

El empresario, por el contrario, elogió a Bulla como un “excelente lobista con mucha gestión”.

Con respecto al estado en que se encuentra la Junta Directiva, el empresario afirmó categóricamente que se encuentran unidos y que nunca hubo división, tal y como lo sostuvieron algunos.

“La Junta siempre ha estado unida. Es un mensaje que quiero envíar. Además, hay unas directrices que planteé desde el inicio de año con el apoyo a los clusters”, agregó.

Miguel Castillo habló también de la gigantesca deuda y letargo en la conformación de la Agencia de Promoción de Inversión para acelerar el desarrollo de Ibagué y el Tolima, asegurando que esperan entregar esta entidad en los próximos meses.

“Nos reunimos ya con la Cámara de Comercio del Norte y la del Sur para que ellos también hagan parte. Ellos van a aportar y que todos pongamos. Yo como empresa quiero aportar y, en dos meses, debe estar creada para jalonar recursos. La Alcaldía, (...) con la gobernadora, (...) sé que quieren apoyar la región y estamos prestos para eso. Me voy mañana, pero me voy tranquilo”.

Finalmente, se refirió al perfil exigido para el próximo presidente ejecutivo, asegurando que se procuró que la convocatoria fuera lo más abierta posible y esperando que quien ocupe el cargo, tenga un dominio del idioma inglés.

“Hay. una Junta que votó para que no fuera obligatorio el conocimiento del inglés. [Para mí], personalmente, sería chévere que hable inglés porque eso es para atraer recursos. Pero hay una Junta y una votación. Uno no puede saltarse ese conducto”, concluyó.