¿El regreso del turismo está cerca?
La apertura reciente de Grecia a sus emblemáticos sitios turísticos, así como la realización gradual de espectáculos públicos limitados en Inglaterra son la prueba de la necesidad para el sector no solamente de hotelería y turismo sino del entretenimiento a nivel mundial que ha sufrido como pocos sectores el rigor de las cuarentenas y restricciones, además de la dura y costosa implementación de medidas de prevención de bioseguridad para poder operar.
Y nuestro país no es la excepción a pesar de la reciente situación, ya que de manera gradual y biosegura se ha ido reabriendo el turismo, no obstante que ha existido el riesgo con la afluencia de turistas internacionales debido muchas veces a factores como la insuficiencia de controles de casos positivos y pruebas PCR de quienes ingresan al país -aunque casos como en México o algunas zonas de Estados Unidos es mucho mayor, sobre todo en el primer país debido a que según miembros de la comunidad médica internacional los controles epidemiológicos han sido insuficientes.
Sin embargo, a través de los medios de comunicación tradicionales y de las redes sociales, se ofertan a precios realmente competitivos -y poco probables en otras épocas- para ir a destinos como Cartagena de Indias, San Andrés, Eje Cafetero e incluso el turismo local dentro de Bogotá y la región de la Sabana.
Es cierto que los cronogramas de temporadas altas y bajas prácticamente han desaparecido y son los factores precio y destino fundamentales ahora más que nunca.
Sin duda alguna, el regreso a la mencionada reactivación económica depende en gran medida de la reactivación misma de eventos que generen a su alrededor de manera permanente y casi que inmediata una dinámica económica directa e indirecta que muy pocos sectores como la logística, la industria o el turismo generan.
Además, como se dice en el decálogo de la educación de la administración hotelera y turística: “uno no vende viajes, no vende comida ni licores, uno vende experiencias únicas”. Sí, hasta cierto punto el turismo vende ilusiones. Por esa razón muchas personas incluso de ingresos modestos pueden ahorrar durante años o pedir un crédito para viajar a San Andrés, al Carnaval de Barranquilla o a un crucero por el Caribe y la publicidad de viajes ha sido siempre hasta la pandemia de vender esas ilusiones, hoy es más enfocada hacia mensajes positivos y sobre que la crisis va a tener un final en algún momento.
Esperamos que la vacunación gradual de la población, la resolución rápida y pacífica del conflicto social que vive Colombia que está afectando su credibilidad económica, política y como destino turístico volviendo al escenario de una posible no realización de la Copa América y suspensión de otros eventos deportivos y culturales, regresando a un escenario como el de 2001-, lo que afecta el factor fundamental que hemos repetido muchas veces en estas líneas para que exista el comercio: la confianza inversionista. Y es cierto, sin confianza no hay negocios, pero antes que la banca de inversión o los turistas quienes tienen que creer en su país, sus destinos y aportar a la paz somos sus habitantes.