Plantean que Colombia tenga una tasa universal del IVA
La idea de un IVA universal no es de este gobierno, ni de este ministro. Muchos economistas respaldan esta idea porque tiene enormes beneficios para todos, y más aún que ya se ha probado que realmente se le puede devolver el IVA a las personas de menores ingresos.
¿Qué es lo que se propone?
Básicamente ponerle el mismo IVA a todo, lo cual simplifica el control, reduce la evasión y motiva en parte la formalización de muchos vendedores, lo cual es bueno para todos, porque aumenta el recaudo de impuestos.
Lo que la gente no sabe bien, porque es un tema complejo, es que hay varias tarifas de IVA y que algunos productos no lo tienen, haciendo que sea difícil hacer las cosas bien, y causando costos adicionales a los comerciantes y contadores, porque deben dedicar más tiempo a estos procesos.
“El problema del IVA es que es un impuesto complicadísimo, no se le puede hacer un seguimiento correcto, muchos han entrado a establecimiento comercial en donde le dicen vale tanto pero si no les cobro vale tanto”, dijo Camilo Herrera.
Al sumar todo el dinero que pagamos los hogares en 2020 en IVA en los productos y servicios, eso significó el 5,16% de todo este gasto; si se estima como que pagamos IVA en cada producto, estaríamos pagando una tasa media de 5,4%, y no del 19% como muchos creen, porque el 36% de las cosas que compramos no tienen IVA o tiene una tasa de $0; y en el bolsillo, esos productos pesan el 65% de todo el gasto que hacen los hogares colombianos cada mes. En otras palabras, de todo lo que compramos, solo pagamos IVA por el 35% de lo que gastamos cada mes, y ese es el gran dilema.
Es fácil decir que la papa y la leche no deben tener IVA porque deben ser de menor precio para que las personas de menos ingresos las puedan pagar; más, lo que no se dice es, que por no tener IVA, más del 60% de las personas que lo pueden pagar, no lo pagan, y de esta manera los pobres subsidian a los ricos, lo que claramente no tiene ningún sentido.
“Hay tasas de IVA que son muy altas en Colombia, hablar del 19% es prácticamente un sobre precio, lo ideal es que exista un IVA del 7 del 8 o del 9% pero lograr regresarlo a las personas vulnerables”, sostuvo Herrera.
El IVA está concentrado en productos semidurables y durables, como la ropa y los televisores, productos que han tenido una dinámica muy especial en los últimos años: básicamente no han subido de precios en el mercado, sobre todo al compararlo con los precios de otros productos. Situación que hace que el pago de IVA cada vez sea menor y el gobierno pierda una importante fuente de ingresos, y por eso se ajustó la tasa de IVA de algunos productos en 2017, pasándolos del 16% al 19%, aumentando un poco el aporte, pero no de manera fundamental, como se puede ver en el gráfico.
Así mismo, el peso de IVA en el gasto y la tasa no es igual por grupos de consumo, como se pueden ver en la imagen, donde el peso en la ropa es mucho más alto que todos los grupos, y donde educación y salud están casi exentos de esto. Alimentos, tiene una tasa de IVA promedio de 4,23%, porque los alimentos procesados, algunas bebidas y los restaurantes lo tienen, pese a que la papa, no.
Suponiendo que la idea fuera dejar la misma tasa para todos los productos, cercana al 5%, se puede ver como habrían caídas en precios importantes en ropa, electrodomésticos, vehículos e incluso en comida para la mayoría de las personas y se reduciría el problema de la evasión por la simplificación y todos pagaríamos lo mismo.
Esto lleva a un debate lógico sobre la equidad y la progresividad que deben tener los impuestos ya que, según nuestras normas, se debe cobrar más a quién más puede y menos a quien no, y el IVA universal causa igualdad, pero no equidad.
El gasto de los hogares en Colombia se puede ver en dos dimensiones: el dinero y las personas. Si el 52% de la población hace el 32% del gasto, significa que el 48% de las personas, hacen el 68% del gasto, lo que muestra lo inequitativo que es el mercado, porque más de la mitad de la población tienen un gasto por persona mucho menor que los demás.
Más en este mismo sentido, se hace evidente que una persona de menos ingreso compra menos en ropa o electrodomésticos, porque debe destinar más a arriendo y comida, lo que a su vez causa que pague menos IVA, porque gasta menos en productos que lo tienen; y en las personas de ingresos medios y altos, pasa lo contrario, causando una progresividad aparente, por lo que unos pueden comprar o no. Al punto que el gasto en IVA de una persona de ingresos bajos puede ser menor al 3% de todo su presupuesto, y que en una persona de ingreso alto llegue a ser casi del 10%.
Donde cabe considerar que el IVA que paga una persona de ingresos bajos, se da en canales informales que no aseguran que este dinero llegue al gobierno o se recaude, afectando a todos; mientras que los de ingresos medios y altos, tienden a comprar en comercio formal, donde el recaudo es totalmente efectivo.
¿Esto es justo?, es una buena pregunta. Porque en muchos casos pasa que cuando uno va a comprar una cosa, le dicen que tiene un precio, pero con factura le deben poner el IVA, como si esto fuera una libertad que tenemos y no un delito. Lo que hace que no solo no sea justo, sino que sea ilegal: comprar productos con IVA en canales que no lo cobren y paguen, nos afecta a todos.
Con datos de 2019-2020, se puede ver como los impuestos que se pagan en Colombia son cerca del 9% del PIB y que el gasto público es del 16%, lo que significa que la gente da $9 y recibe $16, lo que de lejos es un gran negocio para las personas, pero es insostenible para la economía, porque se debe sacar dinero de otras partes para poder seguir haciendo todo lo que se hace y más aún después de los aislamientos de 2020 y sus efectos en el mercado.
Ahora bien, ¿la idea del IVA universal funcionaría?, si, y con una efectividad muy alta, porque simplifica el proceso de control y de entendimiento de las personas y al tener todo el mismo impuesto, no toma decisiones afectadas por el impacto que esto tiene en el precio, y si a esto se suma las devoluciones de IVA, se ajusta el efecto de la progresividad que se requiere. La idea es muy buena.
Otra cosa, es cuál debe ser esa tasa. Si hoy estamos como estamos con una tasa media de 5,4%, cada punto que se suba afecta en casi un punto el gasto de los hogares; si la subimos al 8%, el gasto de los hogares se frena en cerca de un 3%, debido a la menor capacidad de comprar y a los efectos de asignación de gasto que se da. Ese impacto es parcialmente manejable subiendo salarios el mismo año en que la norma comience a regir, pero pensar en una tasa universal del 19%, es simplemente causar una caída en el gasto de los hogares de cerca del 10%, después de los ajustes y devoluciones.
La medida de IVA universal es eficiente, con una tasa moderada. Al poner todo al 8%, muchas categorías bajan de precio (como la ropa, electrodomésticos y vehículos) causando un efecto importante de capacidad de compra en muchos hogares, pese a que los alimentos básicos subirían un 8% sus precios, sin un efecto tan duro, por la reducción de precios de los otros.
Habría que estudiar cuál es la tasa ideal para que esto funcione en este momento, pero es claro que no es un 6% ni mucho menos un 19%. Por eso, como anteriormente lo hemos dicho, necesitamos tasas, no mugs.