Andrés Hurtado: el empleo en Ibagué
En el último reporte del DANE, el desempleo en Ibagué alcanzó la cifra récord y nunca antes vista del 31,7% es decir, un aumento del 6,6% en relación con el 25,1% registrado en el trimestre Febrero-Marzo-Abril del 2020, y ante esa cifra, lo primero que debemos tener claro es que se trata de un problema estructural, heredado por los antecesores del actual alcalde, el cual resultó agravado por la coyuntura de la pandemia del COVID19, que paralizó la economía nacional y fulminó micronegocios y pequeñas y medianas empresas que conforman el tejido empresarial de la capital del Tolima.
Ese es el contexto que los ciudadanos no pueden perder de vista al evaluar la gestión del actual Alcalde de Ibagué, Andrés Fabián Hurtado, a quien como a todos los demás gobernantes, literalmente les tocó afrontar la más profunda de las crisis sociales en la historia moderna de la humanidad, y es por eso que resulta inconcebible también, bajo semejante panorama, que ni siquiera un solo Ibaguereño espere que al mandatario le vaya mal en esta materia, cuando ha mostrado total disposición para trabajar de la mano con los distintos gremios económicos que le ponen el pecho a la brisa en materia empresarial y de generación de empleo, en contraste con la patética concepción de anteriores mandatarios de la ciudad para quienes tales gremios no constituían más que enemigos bajo una absurda batalla ideológica sin sentido.
Así las cosas, los ibaguereños debemos en primer lugar recordar la prontitud y rapidez con la que el Alcalde actuó para adoptar y ejecutar las medidas sanitarias y de aislamiento que salvaron vidas, y que ha sido el Alcalde de Ibagué quien de manera expedita ha solicitado la reapertura rápida de los diversos sectores económicos de la ciudad ante el gobierno nacional, y quien ha ejecutado la adopción de los protocolos de bioseguridad que permitan el reinicio de labores de tales sectores, lo cual de ninguna manera hubiera resultado posible de no haber sido calificada la ciudad como de baja afectación en COVID 19, gracias precisamente a la gestión del burgomaestre.
Más allá, son visionarias pero aterrizadas las alternativas trazadas por nuestro Alcalde para combatir el desempleo, comenzando por las estrategias estructurales para combatir la herencia nefasta, que se han venido trabajando durante este primer semestre, y que con la aprobación del plan de desarrollo empezarán a llevarse a la realidad, que buscan básicamente preparar la ciudad desde varias aristas (educación, atractivos tributarios, zona ZESE, infraestructura, trámites y servicios en línea), para tener un ambiente propicio y atractivo para los empresarios ya establecidos y los nuevos que puedan llegar a la ciudad.
Se han planteado desde la Alcaldía, por ejemplo, procesos de formación para lograr que la demanda laboral, con la llegada de nuevas empresas, pueda ser satisfecha con personas de aquí, como por ejemplo la doble titulación en alianza con el SENA desde el grado décimo y once, e involucrando también a las universidades en otros procesos formativos.
Igualmente, junto al senador Miguel Barreto se viene trabajando fuertemente para que Ibagué pueda ser incluida como zona ZESE, es decir, para que tenga un régimen tributario especial con el objetivo de atraer inversión nacional y extranjera, así como se viene estructurando también un proyecto de acuerdo que será presentado al Concejo Municipal, que busca lograr exenciones tributarias con el objetivo de convertir a la ciudad en una plataforma atractiva con garantías jurídicas suficientes.
También, en cuanto a la agilidad de trámites, se viene diseñando la “ventanilla única”, para disminuir de 555 a tan solo 60 días los tiempos en la expedición de las licencias de construcción, en busca de ser más atractivos para ese sector, uno de los más grandes generadores de empleo en el país.
Estamos convencidos de que todas estas acciones, que son estructurales, harán de Ibagué una ciudad más competitiva y atractiva para los inversionistas que quieran instalar sus empresas aquí, posicionándonos, entre otros, en el indicador DOING BUSINESS del Banco Mundial, que mide la facilidad para hacer negocios, y en donde hoy lamentablemente ocupamos el puesto 32, como reflejo del pésimo clima para hacer negocios heredado del pasado gobierno municipal.
Todo esto sin dejar de mencionar al sector de la infraestructura, que comprende varias obras civiles para la ciudad contempladas en el plan de desarrollo, con las que se puede no solamente reactivar la economía, sino también entregar un valor agregado en materia de empleo, al impulsar el desarrollo económico desde el punto de vista de la distribución de materiales para la construcción, así como su comercialización y fabricación.
Más allá, tratándose de una ciudad con aproximadamente 136.000 hectáreas de suelo rural, también observamos con entusiasmo la apuesta de fortalecer las distintas cadenas productivas (gulupa, uchuva, granadilla, cafés especiales), enfocada desde el punto de vista de la vocación y especialización en cada corregimiento, mejorando las condiciones de asociatividad y buscando aumentar las exportaciones, con el propósito de retener los jóvenes en el campo, en donde 9 de cada 10 personas se están viniendo a las urbes.
Y finalmente, dentro de una larga lista de esfuerzos serios y consistentes del actual Alcalde de los que acá referimos tan solo unos pocos ejemplos, podemos mencionar como con el ministerio de industria y comercio también se viene fortaleciendo el turismo de naturaleza, en articulación con la cámara de comercio, FENALCO, ANDI, CPT, gremios económicos, y en alianza con la Gobernación del Tolima, junto con varios más de los proyectos establecidos para los próximos 4 años.
Es claro entonces que más allá de sus evidentes buenas intenciones y su espíritu aguerrido, el Alcalde Andrés Fabián Hurtado ha trabajado y ha establecido acciones claras y concretas para poder atacar la otra pandemia, la del desempleo; toda su energía y liderazgo están puestos en trazar un nuevo camino para Ibagué, para hacer de ella una ciudad competitiva y moderna, y por eso, nuestro deber es el de acompañarlo e impulsar sus iniciativas, cada uno desde el rol ciudadano que le corresponde, sin reparar en mezquindades políticas y argucias ideológicas que se alejan de nuestro propósito colectivo como ciudad.