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Guacharacos: El Volcán desconocido de Ibagué

La reconocida ecóloga Gloria Beltrán advierte sobre los riesgos y preservación de esta roca ígnea ubicada en el sector de la Variante de Ibagué, al sureste de la ciudad, en la vereda Cañadas Potrerito, y la falta de reglamentación geológica en esta materia.
25 Oct 2016 - 16:10 COT por Ecos del Combeima

El tema de hoy, el Volcán Guacharacos no  busca crear alarmas, susto ni terrorismo ambiental. NO. Busca que en los Planes de Desarrollo, de Ordenamiento Territorial, se considere a Ibagué una verdadera ciudad con  desarrollo y planeación modernos.

Quien habló inicialmente de la presencia del volcán Guacharacos fue el Doctor Alberto Núñez, ex Director de Ingeominas, en el trabajo  presentado en el Octavo Congreso de Geología realizado en Manizales en el año 2.001. Posteriormente el geólogo de la Universidad de  Caldas, David Alberto Galindo Pardo en 2012 realizó la interesante, valiosa e inédita tesis sobre el Volcán Guacharacos, situándolo en la vereda Potrerillo al sur de Ibagué, como una estructura volcánica que se descubrió durante la apertura  de la variante Bogotá - Ibagué - Cali.

Para llegar a la zona se utiliza la variante de Ibagué de la carretera Bogotá - Cali; si se llega de  Bogotá, en la Glorieta de Mirolindo se toma la desviación que se dirige hacia Rovira, luego se atraviesa el puente sobre el Río Combeima para encontrar los primeros afloramientos volcanitas. 

El volcán se llama Guacharacos por la presencia de una quebrada de la zona que tenía el mismo nombre y es afluente del Río Combeima. Curiosamente ahora la llaman quebrada El Salto. El volcán Guacharacos parece ser joven y ha presentado una erupción anterior, los investigadores han recomendado más estudios pero hasta ahora nada más se ha hecho al respecto. Este volcán Guacharacos tiene como elementos preocupantes, más  no  terroríficos:

1- El vulcanismo asociado al límite occidental del continente Americano.

2- La falla de Ibagué que por profundidad y actividad facilitaría el ascenso del magma.

3-  La asociación y relación directa con el vulcanismo en arco con el Volcán Machín y el Cerro Bravo.

4- La posibilidad de existencia de más volcanes que hasta ahora no se han encontrado porque no se han buscado. Ibagué es una ciudad donde el crecimiento urbano obliga a llevarlo de la mano de  la utilización responsable, respetuosa y lógica del medio ambiente y desde luego del terreno, de la conformación geológica donde se asienta como conglomerado social. Una conformación que no dá para pensar en desarrollar la ciudad como si fuera en el LLano, en las montañas de Antioquia o en la Costa. La presencia del Volcán Guacharacos no debe alarmarnos ni llenarnos de terror. Sirve para hacer un llamado a las autoridades responsables de formulación de políticas públicas, a anticiparse con aplicación de acciones competentes, responsables que garanticen la reducción de riesgos, que antes de dar autorización para  nuevas construcciones piensen en qué clase de ciudad es la que se quiere desarrollar pues precisamente los estudios que hoy conocemos permiten no seguir dando licencias de parcelación y construcción sin tomar medidas preventivas que eviten nuevos desastres. Porque si bien es cierto no todos los riesgos están destinados a producir desastres, los avisos, análisis, investigaciones pueden servir para adoptar politicas urbanas estratégicas que las eviten.

Estas medidas no deben ser tomadas de manera "non sancta" por avivatos que se aprovechan de la anarquía del  territorio. Mejor dicho con micos que se aprovechan del POT. Por ejemplo reconocer que en el POT debe:

-Tener en cuenta los cambios medioambientales que en la naturaleza se dieron en los últimos tiempos.

-Se debe cambiar la idea de desarrollo, de planeacion buscando ciudades mas seguras como factores de desarrollo y crecimiento y no para buscar desastres.

-Lograr estrategias en el nuevo urbanismo buscando el progreso y no para causar zozobra, angustia y permanente alarma de los habitantes.

En el Pot no se debe seguir el ejemplo de otras ciudades, pues en Ibagué hay mucha tierra plana para construir en la meseta y no buscar las faldas de los  volcanes y los cerros tutelares para hacerlo. Por ejemplo existen  trámites de licencias de parcelación en las faldas del Volcán Guacharacos, como las Juanas con 28 parcelaciones, so pretexto de conservacion del medio ambiente.

¿Los núcleos de población interesados en vivir allí sabrán de la presencia del Volcán Guacharacos? Así se hace urgente que la ALCALDÍA defina, reglamente los polígonos para construir  vivienda campestre y evitar que se utilicen las faldas del volcán y los Cerros Tutelares, estos son sagrados, son los guardianes y le dan estabilidad a la ciudad. Parece que ya se olvidaron las tragedias  vividas y que ignoran que construir en los cerros tutelares es ilegal a la luz de la legislación ambiental.