El ejercicio habitual ayuda a prevenir o manejar diversos problemas de salud como accidentes cerebrovasculares, síndrome metabólico, depresión, ansiedad y diabetes, teniendo en cuenta que también refuerza la función cognitiva y disminuye el riesgo de muerte por cualquier causa.

Además, diferentes elementos intervienen a la hora de determinar qué se considera como exceso de ejercicio, debido a que no solo depende de la cantidad de horas que se dedique al día en alguna disciplina deportiva, sino que también influyen otros factores que son determinantes a la hora de realizar una valoración si estamos llevando el cuerpo a una exigencia superior.

Es evidente que entrenar en exceso y comer poco podría traer consecuencias para el organismo a largo plazo. Por esta razón, es fundamental reconocer cuál es el límite de ejercicio máximo que requiere el cuerpo de una persona promedio al día y cómo deben regularse estas prácticas de acuerdo con los objetivos personales de cada quien.

La Organización Mundial de la Salud estableció unos tiempos básicos de ejercicio para la población sin dolencias médicas específicas. Según la OMS, es recomendable que las personas entre 18 a 64 años dediquen por lo menos 150 minutos semanales a la práctica de alguna actividad física aeróbica, de intensidad moderada.

La entidad también recomienda que por lo menos dos veces por semana, o más, se realicen ejercicios de fuerza regulados, de todos los grandes grupos musculares. La implementación de esta práctica, combinada con una dieta saludable, es el ejercicio promedio que un adulto sano debería hacer para obtener beneficios en su salud.

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Cabe resaltar que, si se entrena demasiado y no se lleva un ritmo de alimentación balanceado, podrían desgastarse los músculos de manera acelerada, por lo que cada vez que el cuerpo se ejercita, algunos tejidos se carcomen, con el fin de construir otros nuevos para afrontar la actividad que se va a realizar en la siguiente sesión.

Según expertos, esta práctica de hacer ejercicio en exceso acompañada de una alimentación restringida suele aparecer porque algunas personas quieren perder peso rápidamente o están tratando de hacer cambios extremos en su cuerpo.

Luego de realizar la rutina deportiva es importante evitar alimentos ricos en grasa o salados, bebidas alcohólicas, galletas, refrescos azucarados, entre otros, pero es muy importante proporcionar al organismo hidratos de carbono durante la primera hora después de hacer deporte, más un contenido ligero en proteínas, que es de gran ayuda para reacondicionar los músculos.

A la hora de comer y hacer ejercicio, el organismo de cada persona es diferente por lo que el seguimiento que se realiza a cada individuo es fundamental para obtener resultados deseados sin perjudicar la salud. Es importante acudir a un dietista-nutricionista deportivo, especializado y encargado de ayudar a cada persona a establecer las estrategias oportunas según sus objetivos, su naturaleza y su disciplina deportiva.