El Abecedario del Diablo ¿Reto viral o tortura?
Pese a las recomendaciones de los expertos en desarrollo infantil que señalan que los niños menores de 12 años no deberían utilizar redes sociales por la cantidad de contenidos nocivos a los que estarán expuestos y que aún luego de esta edad la navegación debe estar condicionada a un acompañamiento permanente de los padres, en Colombia son pocos los casos en que realmente estás normas se cumplen.
Infortunadamente el ritmo de vida actual y el miedo a lo que pueda sucederles en la calle, hace que muchos padres de familia cedan a comprar tablets, computadores e incluso celulares a niños menores con el afán de protegerlos de los riesgos que puede implicar salir sin darse cuenta que el internet mal usado puede llevar serias complicaciones.
Uno de estos riesgos son los retos virales, donde se han visto cosas desde meter la cabeza en un condón, hasta echarse agua caliente en el rostro, uno de los retos que más causó preocupación fue sin duda el de la Ballena Azul que luego de una serie de pasos inducía a los niños y adolescentes al suicidio.
En las últimas semanas se ha venido repopularizando un reto que el año pasado dejó varios niños heridos y que fue conocido como el Abecedario del Diablo, que si bien no es tan letal como la Ballena Azul sí podría dejar serias marcas en los niños que caen en él.
En este reto generalmente intervienen dos niños y mientras uno debe recitar una palabra por cada letra del abecedario el otro le infringe daño sobre la piel ya sea con las uñas, una tijera o cualquier objeto corto punzante esto termina generando profundas heridas que no solo pueden llegar a infectarse sino que también pueden dejar cicatrices.
El problema de este tipo de juegos es que se utilizan en muchos casos como herramienta de aceptación y muchos niños terminan cediendo y los practican tratando de encajar en un medio social, lo que incide directamente en su autoestima.
Es por eso que es muy importante que los padres de familia se concienticen de la situación y dediquen mucho tiempo al diálogo con los menores, recuerde que si en algún momento la conducta de su niño cambia o encuentra marcas extrañas, debe tomarlo como sintoma de alerta y no esperar que las cosas se le salgan de las manos.